Como padres nos preocupamos de alimentar bien a nuestros hijos para que no se enfermen y que cuenten con un sistema inmunológico fuerte. Pero qué pasa con el cerebro. ¿Podemos alimentar a la inteligencia?
Pues la respuesta es muy sencilla, claro que sí.
Iniciemos recordando que el cerebro esta constituido por células neuronales, dichas células se pueden seguir reproduciendo, según los últimos estudios, hasta el día de nuestra muerte.
Estas células van a proporcionarnos mayores habilidades o inteligencia, a medida que estén activas, es decir, cuanta más actividad neuronal haya en nuestro cerebro.
La actividad neuronal se llama sinapsis, que es la transmisión de información entre una célula y otra. Veámoslo de este modo, cada idea es un foco, a mayor cantidad de focos encendidos, mayores habilidades, a mayor actividad neuronal o sinapsis, nuestro cerebro contará con numerosos focos encendidos, Procesos de inteligencia trabajando a tope.
Ahora los que se encargan de esta transmisión de información de una neurona a otra, es decir de que los focos enciendan, son los neurotransmisores, esto permite realizar una función específica en nuestro cerebro.
Los principales neurotransmisores que tenemos son:
Hay muchos más neurotransmisores que en otro artículo explicaremos extensamente.
Dicho esto, debemos saber que la alimentación influye en la inteligencia, ya que aporta directamente en el desarrollo del cerebro, en procesos como la sinaptogénesis, la mielinización y la proliferación celular, entre otras.
Además, una adecuada alimentación contribuye a la producción de neurotransmisores, dado que estos se fabrican a partir de amino ácidos, que necesitan vitaminas y minerales para convertirse en neurotransmisores.
Por ejemplo, si nuestro niño presenta problemas de memoria o dificultades en la concentración, es porque necesita más Acetilcolina, neurotransmisor encargado de estas funciones, por lo tanto, necesitará una dieta rica colina, lecitina, fosfatidil colina, l-carnitina, exposición al aluminio. ¿Y dónde encontramos esto?, pues en los huevos, germen de trigo, col, coliflor.
No desvaloremos la importancia de la alimentación para la inteligencia y que quede claro que no me refiero a un solo tipo, como sabemos poseemos 8 tipos de inteligencias: la inteligencia matemática o lingüística, inteligencia visual-espacial, inteligencia corporal-cinestésica o corporal-kinestésica, inteligencia musical, inteligencia interpersonal, inteligencia intrapersonal, inteligencia naturalista.
A demás de esto, una adecuada alimentación favorece a nuestras emociones, a nuestra salud mental, ya que proveerá de las sustancias necesarias para fabricar más neurotransmisores que nos ayudarán a responder adecuadamente ante las situaciones que se nos presenten en la vida.
No perdamos tiempo, si bien es cierto que el cerebro sigue en actividad neuronal hasta el último día de nuestra existencia, el periodo de mayor actividad, se alcanza en los primeros años de vida, a los 6 años el niño alcanza casi el 90% de desarrollo del cerebro y hasta la adolescencia tiene la mayor producción de neurotransmisores. Alimentemos bien a nuestros niños.