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Un genio escondido

Un genio escondido

Es común que en el aula tengamos niños que tienen dificultades para el aprendizaje, muchos de ellos con problemas también de conducta.

Lo primero que se hace en la escuela, si es que esta es de las que se preocupan por sus niños, es derivar al alumno a una evaluación diagnóstica, para descartar problemas de aprendizaje, problemas de lenguaje, presunto TEA, etc.

Pero resulta que luego de las evaluaciones correspondientes, el niño no tiene nada, las evaluaciones no arrojan ningún diagnóstico del que nos podamos valer ¿entonces que hacer? Si lo primero que pensábamos era que inicie terapias, que con un diagnóstico preciso ya íbamos a poder ayudar a nuestro pequeño.

Como padres y maestros, lo que nos toca hacer es conocer a nuestro niño.

Tratar de mirar el mundo, como el lo hace, para identificar que es lo que ven sus ojos, tratar de escuchar lo que él escucha, para saber cómo comunicarnos, para poder conocer como aprende nuestro niño.

Y de pronto nos damos cuenta que nuestro niño es un excelente dibujante, que puede plasmar en un dibujo la más compleja información, que es capaz de interpretar lo que escucha en trazos firmes y exactos.

Le pedimos que copie el dibujo del sistema circulatorio y luego de realizarlo, tiene la capacidad de explicar todo el proceso. Sólo tuvo que dibujarlo para seguir con su lápiz el sistema y procesar en su cerebro, la secuencia del funcionamiento de este. Como arte de magia, descubrimos que este niño es un genio, un genio que no vimos, un genio oculto, un genio que no resuelve problemas matemáticos o que no tienen la suficiente capacidad verbal para expresarse, pero si una inteligencia visual-espacial,  la misma que se convierte en la llave maestra para abrir la puerta del aprendizaje, de su aprendizaje.

¿Cuántos genios escondidos en las aulas? ¿Por qué no podemos verlos? Tanto padres como maestros no los identificamos. Nuestras ideas erróneas y tradicionales de lo que es la inteligencia, nos priva de identificar a estos genios.

Y si abriésemos más los ojos, nos daríamos cuentas que realmente TODOS SOMOS GENIOS ESCONDIDOS, lo que sucede es que no lo hemos descubierto o no nos hemos chocado con alguien que frote la lampara para dejarnos salir.